EL ALCALAREÑO AGUSTÍN ALCALÁ SERÁ BEATO.

El Papa Francisco ha anunciado la beatificación del siervo de Dios que fue hermano de las Hermandades Sacramental de Santiago, del Águila, del Santo Entierro, de Jesús Nazareno y de la Sacramental de San Sebastián, de la que además fue Hermano Mayor. Esto lo convierte en el primer beato alcalareño. 

Un largo proceso

En el decreto publicado el pasado día 22, el santo Padre reconoce a 20 mártires de la fe durante la guerra civil española de 1936. Una causa que se inició en Sevilla el 3 de octubre de 2014, con el actual obispo auxiliar de Sevilla, monseñor Teodoro León (entonces vicario general) como postulador diocesano de la causa; y Alfonso Ramírez, OFMCap, como postulador en la fase romana.

La apertura de esta causa buscaba, en palabras del entonces arzobispo, monseñor Asenjo Pelegrina, “cumplir con un deber de justicia y gratitud, y poner sobre el candelero de la Iglesia el heroísmo y la fortaleza de quienes, por amor a Jesucristo, prefirieron la muerte antes que renegar de su fe”. Igualmente, mons.Asenjo destacó que la intención de la Iglesia diocesana no era “echar sal sobre viejas heridas que aún parecen abiertas en algunos lugares a pesar del tiempo transcurrido; tampoco pretendemos saldar las cuentas pendientes de quienes las dejaron canceladas perdonando a sus verdugos en un acto de generosa y extrema gravedad”. El proceso diocesano de canonización de los mártires se cerró en la Catedral de Sevilla el 27 de noviembre de 2016.

Agustín Alcalá y Henke

Nació en Alcalá en 1892, siendo bautizado en la Parroquia de Santiago. Era el cuarto de los cinco hijos del matrimonio del farmacéutico Agustín Alcalá y Teresa Henke. Estudió Bachillerato en El Puerto de Santa María y Derecho en la Universidad de Sevilla, donde defendió su Tesis Doctoral sobre la esclavitud en 1914.

Su actividad empresarial (fue uno de los principales artífices de la expansión industrial de Alcalá), la política (bajo postulados de la Doctrina Social de la Iglesia) y la colaboración con la Iglesia (perteneció a las Conferencias de San Vicente de Paúl y a varias Hermandades, siendo hermano mayor de la Sacramental de San Sebastián) constituyeron sus ejes vitales. Su compromiso cristiano quedó patente en la forma de tratar a los trabajadores a su cargo, inspirado en el catolicismo social del momento.

En la noche del 17 de julio de 1936 fue herido mortalmente por dos pistoleros; acababa de entregar una importante suma para atender a los necesitados. Murió encomendándose a Dios y perdonando a sus enemigos. Su muerte fue muy sentida en Alcalá, sobre todo por los obreros. Siempre logró acuerdos con los trabajadores, nada propicio en unos momentos en los que arreciaban la lucha y las pasiones exacerbadas entre posiciones ideológicas extremas. Fue sepultado en la Capilla sacramental de San Sebastián. 

Más  información. https://www.archisevilla.org/el-papa-reconoce-el-martirio-de-veinte-sacerdotes-seminaristas-y-laicos-sevillanos-en-1936/

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